martes, 25 de noviembre de 2014

Berín, símbolo de la Guerra Fría

Berlín era el símbolo claro de la existencia de dos bloques en el mundo. Una ciudad divididad en dos sectores, uno en manos de las potencias occidentales, aislado en medio de la alemania comunista y verdadera puerta hacia el bloque capitalista. Otro, en manos de los soviéticos y capital del nuevo estado comunista alemán la RDA. Entre los dos sectores existía una frontera, pero relativamente permeable. Muchos ciudadanos de la RDA o de otras zonas del bloque soviético escapan por ella hacia Berlín Oeste. Entre 1949 y 1961, dos millones de alemanes del este, entre ellos muchos intelectuales y científicos, huyeron hacia occidente.

La URSS exigía que el Berlín Oriental quedara unido a la RDA o convertido en zona internacional bajo control de la ONU, pero EE.UU. se negó. En respuesta, la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, el ejército y la polícia de la RDA recibieron la orden de levantar un muro para cerrar el acceso de los ciudadanos del Berlin este al Berlin oeste. El Telón de Acero simbólico se convertía en una realidad.

Las razones esgrimidas por parte de las autoridades de la RDA y del bloque soviético eran la necesidad de frenar la entrada de espías y saboteadores desde la zona occidental a la zona comunista. Se pretendía también impedir la salida de ciudadanos del este hacia Berlín oeste y desde allí hacia cualquier lugar de la Europa No Comunista.

Durante 30 años, Berlín y su muro simbolizaron la existencia de dos modelos, dos realidades separadas, aisladas y enfrentadas. No es de extrañar que su apertura y posterior destrucción ( 1989-1990) simbolicen el fin de la Guerra Fría, de la división del mundo en bloques y la caída del mundo comunista.

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